sábado, 2 de agosto de 2014

Pausa. 5 meses.

5 meses que se pasan volando bajo mis pies. 5 meses decorados con tantas experiencias que no me darían las páginas para contarlas todas, 5 meses que me llenan de nuevas experiencias, que me llenan la cabeza de nuevas ideas y nuevos pensamientos.

Durante 22 años y medio de mi vida viví siempre en el mismo lugar, la misma casa. Viajé por un par de días o semanas pero nunca más que eso...
En estos 5 meses visité más de 10 ciudades, me alojé en 6 backpackers, 2 holliday parks, 2 casas y un departamento, trabajé de 4 cosas distintas para 6 personas diferentes. Conocí a más personas de las que conocí en 22 años, hablé con más gente de la que podría imaginar. Conocí kiwis, maoríes, indios, bangladeshinos, malasios, alemanes, franceses, chilenos, cordobeses, vanuatus, filipinos, británicos, españoles, italianos, y más. Compré más ropa de la que me traje en la valija, llegué a ahorrar una cantidad de plata que nunca imaginé tener, y terminé en banca rota. Me compré un auto, aprendí a manejar del otro lado, lo choqué, y manejé de nuevo.
En 5 meses reí, lloré, me emocioné, sufrí, me sentí única, me sentí sola, me sentí invencible y me sentí rodeada de un millón de personas. Conocí más lugares de los que hubiera podido siquiera imaginar, visité lugares que me dejaron sin aliento y recorrí los paisajes más maravillosos.
En estos 5 meses amé la vida, amé cada detalle y amé cada segundo.

Hace 5 meses que no como una cucharada de dulce de leche, que no me pongo un par de tacos, que no salgo a un boliche como la gente hasta las 6 de la mañana. Que no veo a mis amigos de la vida, que no veo a mi familia, ni a mis mascotas. Hace 5 meses que extraño un millón de cosas, pero que me lleno de otro millón de cosas nuevas.
Hace 5 meses que no duermo en mi cama, que no me despierto los domingos escuchando a papá en el parque o cantando en la computadora, que no vuelvo de un largo día de laburo o facu y le cuento a mi vieja todo lo que hice en el día, que no escucho la voz de mi abuela reprochándome que no le doy bola, 5 meses sin que Javi me cuente sus historias sobre el Lol. 5 meses que no como un asado, que no comparto una cena en familia, que no recorro las calles de mi barrio. 5 meses sin subirme a un colectivo, sin tomarme un tren, sin ver el obelisco, sin pisar mi querida facultad.
Hace 5 meses que no acaricio a mi gata, que no juego con mi perra, que no tejo un amigurumi. 5 meses sin mis lanas, sin mis libros, sin mi ropa de todos los días, sin mi almohada.


Hace 5 meses que dejé todo, que guardé un pedacito de mi vida en un bolso y me tomé un avión por primera vez. 5 meses viviendo del otro lado del mundo, dejando que el corazón lata a un ritmo distinto, porque a pesar de que cada día es una maravilla, cada día es un sueño vuelto realidad y eso lo hace mágico, cada día mi corazón se despierta sabiendo que su lugar está a más de 10 mil kilómetros de distancia.

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