En nuestros días en el Holliday Park hicimos nuestra primera
escapada de paseo. En una tarde libre de golpe aparecieron los salteños con la
noticia de que unos amigos los habían invitado a unas cataratas que estaban
cerca, así que todos arriba de la camio, y de paseoo!!
Salimos a la tardecita y agarramos una calle que salía cerca
de casa camino a la montaña. A nuestros costados los campos eran de ese verde
increíble que por acá abunda, con vacas en la distancia pastando libremente y
un cielo de un azul espectacular. Nos internamos en la montaña por caminos sin
señalizar sin saber hacia donde íbamos y creyendo en todo momento que estábamos
perdidos, hasta que en cierto punto encontramos una de esas vistas maravillosas
que te hacen frenar y bajar a apreciar el mundo por unos instantes.
Colinas verdes de pasto uniformemente cortado, rebaños de
ovejas a la distancia, pequeñas cercas y alambrados dividiendo el terreno, árboles
solitarios decorando el paisaje, árboles en grupitos formando masas de verde
más oscuro. Un cielo celeste completamente despejado. Pero para que contarles
si les puedo mostrar:
Finalmente llegamos a las cataratas y luego de una caminata
por caminos de tierra y varias escaleritas llegamos a las famosas Kaiate Falls
(obviamente me pasé todo el día gritando el “cállate” “no, tu cállate” de
Tierra de Osos). Un paisaje super lindo con una catarata que formaba un piletón
hermoso, lástima que ya era un poco tarde, el sol había bajado y el agua estaba
heladaa!! Aún así, los amigos de los salteños se animaron a tirarse de algunas
de las piedras y saltar al agua, muchas pelotas en mi opinión! Jaja.
Antes de volvernos, con Fede, Jess y Jesús nos fuimos a dar
una vuelta y seguir el curso del agua a ver si llegábamos a algún lugar y aprovechamos
para divertirnos un rato y sacar un par de fotos.
Y en el camino nos cruzamos con Tarzán!! Jaja
Finalmente retomamos el camino de vuelta, y en determinado
momento los chicos se desviaron del camino para ir a sacarse una foto a lo alto
de la catarata, por lo que con Jess nos quedamos solas… solas en un camino que
empezaba a ponerse oscuro y silencioso, o peor aún, rodeado de ruidos de la
naturaleza… íbamos caminando bien juntas, yo adelante mirando al piso cuando de
pronto levanté la vista y junto a unos escalones vi lo que parecía ser un lobo!
O un perro… o no, un alien!!! Fue tal el susto que me pegué que se me escapó un
grito y me di vuelta a abrazar a la negra, jajajaja, se me salía el corazón del
pecho del infarto que casi me agarra!! Ni bien darme vuelta para darle la
espalda escucho el grito de la negra al descubrir lo mismo que yo había visto! Me
costó tomar coraje, pero me volví a dar vuelta y miré hasta que la figura se
terminó de convertir en lo que realmente era… un tronco!!! Quien será el hijo de puta al que se le
ocurre tallarle una cara a un puto troncooo!!!! Pasado el susto inicial aún
tuve que juntar coraje para rodear el tronco y pasar casi sin mirarlo y seguir
camino lo más rápido posible hasta encontrarnos nuevamente con los chicos. La
aventura ha terminado.-
Un par de días más tarde retomaríamos el mismo camino al
regresar a las cataratas con un grupo de amigos (el antiguo grupo de Hastings
que se había reencontrado) y valientemente con la negra nos desviamos del
camino para ir a buscar al ‘lobo-perro-alien-tronco’ y sacarle una foto para la
posteridad… la realidad es que a la luz del día no daba nada de miedo, y según
algunos, quizás, hasta se vería simpático.
Otra tarde para el recuerdo, rodeada de muy buenos amigos y
despidiendo a Nico y Viki que partirían al día siguiente hacia su nuevo
destino: el sudeste asiático. Esta vez la gran mayoría de los chicos –y un par
de chicas- se animaron a saltar desde las piedras al agua, aun que estaba igual
de helada que la vez anterior.
Si hay algo que debo rescatar de este país, es que lo que nunca
faltan son los argentinos con un mate en la mano, una sonrisa en la cara, y una
mano siempre dispuesta a ayudar a un amigo. Y las risas, muchas risas.
Días para el recuerdo.-
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